Twitter: @gerardohdz_p

Sobre la mesa

Sin duda uno de los aciertos del gobierno de Andrés Manuel López Obrador es el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, al menos desde el plano de la prevención del delito, si partimos de la lógica del presidente en la que las personas que delinquen lo hacen por falta de oportunidades de trabajo y de educación.

Efectivamente, en el mercado laboral mexicano hay un círculo vicioso en el que algunas empresas no contratan a los jóvenes porque no tienen experiencia y estos no pueden tenerla, si no consiguen un primer empleo.

Programas como el Modelo Mexicano de Formación Dual (similar al modelo alemán) han intentado cerrar esta brecha. Sin embargo, sólo están dirigidos a educación técnica en nivel medio superior. Empresas como Nestlé y Continental son pioneras en la formación talento a través de programas de aprendices y les ha dado resultados.

Hacía falta una acción general que integrara a un amplio número de empresas e integrara a personas de distintas edades. Jóvenes Construyendo el Futuro será un programa emblema del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, tan importante que se necesitan para su operación al menos de 8 mil 280 millones de pesos al mes, sólo para pagar la beca mensual de 3 mil 600, con la que beneficiarán a 2.3 millones de pesos en la vertiente capacitación para el empleo.

Los becarios recibirán una capacitación dentro de una empresa hasta por un año. La finalidad es que se formen en un entorno laboral real y aspiren a quedarse dentro de la empresa.

Insisto, es un programa ambicioso y con buenas intenciones. Sin embargo, el apoyo mensual que recibirán los becarios (jóvenes que no estudian ni trabajan) abre una desigualdad de sueldos y específicamente, esfuerzos.

A partir del primero de enero en México se incrementó el salario mínimo, en la zona libre de la Frontera Norte (43 municipios) aumentó al doble en comparación con el resto del país. A pesar del incremento al salario mínimo, un albañil, por ejemplo, ganará mínimo 120.70 pesos por jornada laboral, al menos en el resto del país. En suma, al mes tendrá que percibir 3 mil 669.28 pesos, apenas 69 pesos más que lo de un becario.

Una costurera en confección de ropa en talleres o fábricas deberá recibir una remuneración mínima de 106.89 pesos por jornada laboral, lo que se convierte al mes en 3 mil 249 pesos, menos que la beca que recibirán los beneficiarios de Jóvenes Construyendo el Futuro.

Sí, la beca que recibirán los jóvenes no es un sueldo, sino un apoyo. También es cierto que las personas merecen tener la oportunidad de emplearse. Pero con el comparativo ponemos en contraste que, pese al aumento al salario mínimo, una base trabajadora que, en muchos casos lleva años laborando por superarse ganará lo mínimo para sobrevivir, mientras otro sector no productivo ganará igual o mejor por aprender.

Jóvenes Construyendo el Futuro es un buen programa, pero el gobierno tendrá que buscar darle las mismas oportunidades a la base trabajadora, al menos a quienes se emplean en las profesiones, oficios y trabajos especiales que describe el resolutivo número cuarto del Diario Oficial de la Federación del 26 de diciembre de 2018.

Se trata de un asunto de justicia.

Lo que es justo, es que las personas productivas tengan también apoyo total para aspirar a mejores trabajos y remuneraciones al igual que el apoyo total que tendrán los jóvenes no productivos por parte del gobierno.