Twitter: @Hector_Esca
La polarización que se vivió en la campaña presidencial se trasladó al Gobierno, quienes pensábamos que después del 1º de julio la tensión bajaría fue una idea errónea, al contrario, la molestia continua y ahora hay una especie de batalla entre “buenos contra malos”.
Pero ¿quiénes son los buenos y quiénes los malos? Desde luego que la respuesta depende de a quién se apoye políticamente y es muy relativo. Pero los que no apoyan a ningún partido político ¿qué somos? ¿Regulares? Parece que se ha llegado demasiado lejos, parece ser que para muchos es incomprensible pensar que criticar al presidente, Andrés Manuel López Obrador, no significa que seas panista o priistas.
Al mismo tiempo coincidir con el Gobierno, hoy de Morena, no te hace AMLOver, ni te limita a coincidir con otras posiciones ideológicas, peor aún peor sino coincides con ninguno parece que ese sería el peor escenario, sin embargo, ahí es dónde nos encontramos varios ciudadanos. Lejos de sentirnos identificados con las posiciones políticas que hoy ofrecen los partidos políticos, vemos que hay esfuerzo involuntario por alejarnos de ellos.

Las redes sociales se convirtieron en cultivo de odio, las visiones se polarizaron tanto que parece no haber punto medio entre unos y otros, tantas coincidencias que pudiéramos tener han quedado en segundo término, nuestros gustos comunes cada vez importan menos porque la batalla sigue y no se ve para cuándo volveremos a coincidir. Es desalentador el panorama, pues no se ve en el horizonte cercano un punto medio de posiciones entre unos y otros.
Ojalá que pronto encontremos el equilibrio y las descalificaciones disminuyan, la armonía de país pasa por todos, gobernados y gobernantes, clases sociales, chairos, fifís, ricos o pobres. Dejemos de ser un país de buenos contra malos, porque ni unos son tan buenos por estar de un lado ni lo otros son tan malos por no estarlo, las descalificaciones nos encaminan a la división y hoy nuestro país no soporta más polarización.
Así pues apostemos a llegar al punto medio, ese que nos permita contribuir al desarrollo del país sin adjetivos ni descalificaciones, ese que nos deje avanzar como sociedad sin ataques ni insultos, ese que necesitamos para hacer de nuestro país uno mejor.