Twitter: @JLUIS_CUEVAS

Hace 5 años estuve en aquel Coloso, aquella noche épica para el americanismo simbolizó el último gran debacle de un equipo lleno de merecimientos, pienso que el fútbol fue injusto para aquel grupo celeste, aunque también sigo pensando que lejos de hablar de una victoria americanista, todo se resume en una derrota cementera, aquella final la perdió el Cruz Azul.

La noche del 26 de mayo sigue en la memoria de todos, en lo personal, fue la noche más incrédula y asombrosa que me ha entregado el fútbol, las nóminas han cambiado y aunque sigue habiendo testigos de aquella noche, los planteles tendrán que cargar con la historia de aquí y hasta que se dé el silbatazo inicial, solo así, descargando dicha tensión en el terreno de juego, podremos aspirar a otra serie memorable.

Mientras el americanismo ahora mismo se desmarca señalando “que no quieren ni imaginarse si le ganan de nuevo a Cruz Azul, cómo van a quedar de traumados (en tono de burla y lástima)”, en La Noria la afición vuelve a ilusionarse y es que, qué sería de este bonito deporte sin la imaginación, sin el sueño de tener un final feliz. Los que deben estar muy al margen de lo que se dice fuera, pero al mismo tiempo concentrados y conscientes de lo que generará una derrota son los jugadores, quienes están llamados a ser los protagonistas de esta nueva batalla que seguramente dejará caras largas en alguno de los bandos.

En textos anteriores ya hemos comentado el duelo especial que enfrentará Ricardo Peláez, quien con solo 6 meses en el cargo le ha cambiado la cara a Cruz Azul junto con la disposición de un Cuerpo Técnico serio y un grupo de jugadores con sed de revancha, independientemente del resultado del domingo, la gestión ha sido fantástica, simplemente recuerden ¿cuántos fichajes fuera de tiempo llegaron este semestre a La Máquina?, ninguno. La experiencia de Peláez “el directivo” hizo que el equipo se reforzara con jugadores probados en la Liga MX, además de un fichaje espectacular del que pocos hablan: Iván Marcone.

El que vivirá un duelo especial es Pablo Aguilar, a quien desde mi punto de vista fue maltratado por las institución azulcrema, su salida a Tijuana fue inexplicable y aunque en América pensaban en Aguilar bajo un rol secundario, el paraguayo demostró en Cruz Azul que sigue siendo uno de los mejores defensores en nuestro país, todavía en el juego de temporada regular y con todo y el golpe sufrido en la cabeza, Pablo Aguilar no se quiso perder ni un solo momento del duelo, no tengo la menor duda que será clave en las aspiraciones de La Máquina.

Del otro lado, donde la exigencia siempre está, Miguel Herrera tiene la oportunidad de hacer historia, de callar a todo aquel que se ha cansado de decir que las segundas partes nunca son buenas, además, el equipo del “Piojo” parece tener el antídoto para acabar con sus rivales en los clásicos, para ser antagónico y contundente, para ser el D.T. ideal del América, el club de Coapa no ha encantado, no obstante, si nos vamos a la frase de “Eres tan bueno o tan malo como tu último partido”, el América bien podría combatir el orden, la estructura y la que apunta a ser una época brillante en Cruz Azul.

De favoritos no hablamos, resulta difícil, complejo y aventurado, dejo a ustedes la mejor opinión, lo único que sí tengo claro, es que ésta final contraria a otras, estará llena de buen fútbol y en ambas series, por el escenario, los protagonistas y el entorno, parecerá más que Una Final, Un Juego Mental.