Twitter:@JLUIS_CUEVAS
El futbol y su industria han venido a hacer de la pelota un deporte lleno de condiciones, de a poco roban ilusiones aunque la esencia permanece, sobre todo los primeros años, cuando debutar es un anhelo, pararte a dar un autógrafo te pone nervioso y asistir a tu primera convocatoria a Selección es un sueño hecho realidad.
En los últimos tiempos negarte a un llamado a Selección se ha convertido en un clásico, pasa en todo el mundo, la gente desde un sitio con Wi Fi señala y juzga a quien dice “NO” a su selección y una cantidad de versiones encontradas envuelven el entorno, el debate se abre y mientras para unos es entendible el descanso que solicitas, para otros es darle la espalda a tu país, así de extremistas somos.
En los últimos días las redes sociales han apuntado a una nueva novela tricolor, mientras unos aseguran que “es tiempo de los jóvenes”, otros señalan que “algunos jugadores están vetados en el TRI”, no faltó quien mezcló versiones y concluyó diciendo que “ciertos futbolistas consagrados son una mala influencia para la nueva generación”, así nos entretenemos hoy en día.
Futbolistas de antaño no dudan en calificar de “divas” a los de la actualidad, critican la forma en que usan las redes sociales, los tiempos que gastan en comercializar su imagen y la poca inversión al trabajo de cancha. Primero que nada considero que los tiempos obligan a todo este entorno, la industria ha rebasado al futbol y hoy el futbolista valora más un “like” a su foto que un grito de apoyo en el estadio.
En México con el planteamiento de un proyecto a 8 años considero normal y congruente la convocatoria que estamos viendo, además de que entiendo perfectamente las peticiones o permisos de algunos, sobre lo que podría ser una rebelión de futbolistas consagrados que estén negándose al TRI por no estar de acuerdo con los tiempos utilizados para grabar comerciales y/o atender eventos publicitarios, considero que tendría que haber un punto medio, un equilibrio, partiendo de la prioridad deportiva, algo que tiene rato que no vemos en Selección.
No pretendo ser abogado del diablo, tampoco uno más de los amarillos que solo critican por volverse virales, no considero que los ausentes sean un “grupo de divas”, como todo, pienso que muchas veces dejamos de valorar lo que antes era un sueño y de algo estoy seguro: “Nadie como ellos entienden la alegría que sienten al marcar un gol, al tapar una disparo en la línea, nadie como ellos entienden el orgullo que significa representar a su país”.
En lo personal considero que la Selección es la cereza en el pastel, el premio a toda una vida llena de esfuerzos, me da gusto ver a jóvenes levantar la mano, pero me dará más gusto que a esos jóvenes los dejen trabajar, que los que van de salida los arropen, que nosotros la prensa seamos objetivos y no llenemos de presión y morbo el entorno, pero sobre todo que los directivos no los desvirtúen, ya es tiempo que los de pantalón largo entiendan que los triunfos en la cancha entregan los mejores socios comerciales.
HASTA LA PRÓXIMA