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¿Alguna vez sus perros han hurgado en la basura de sus casas? Pues Pancho –mi guapísimo labrador-, después de tres años de ser un perro ejemplar, descubrió que existe el bote de basura.
Nunca en este tiempo me había tenido que preocupar por los botes de basura en la casa, pero desde hace un par de semanas, Pancho se ha vuelto un pepenador experto.
Aún con la espalda lastimada, espera a que salgamos de casa para voltear el bote, revisar cada empaque o envoltura y buscar cualquier resto de comida.
Regularmente es un comportamiento común en perritos rescatados que ven normal utilizar como fuente de alimentación la basura, para ellos es un tesoro y les sorprendería ver la habilidad con que abren una bolsa sin romperla.
Pancho estuvo enfermo, y parte del tratamiento actual incluye una medicina que provoca mucha sed y hambre en quienes la toman, por lo que en su caso, éste comportamiento se debe a un apetito desesperado, pero hay perritos que también lo hacen como un reclamo de atención al igual que hacer pipí en lugares inadecuados, romper cosas, etcétera.
¿Qué hacer en estos casos? Lo primero es prevenir. Quitemos los botes de basura de su alcance, pues más allá de nuestro enojo, el riesgo de que se coman algo que los lastime o asfixie es alto.
Después analicemos las causas, puede ser un problema de apetito insatisfecho, así que revisemos las calidad del alimento que consumen y si la ración es la adecuada para su peso, edad y nivel de actividad. Quizá pueden estar quedando con hambre y su instinto los hace buscar dónde obtener lo que necesitan.
Si la ración es la adecuada, entonces podríamos visitar a nuestro veterinario y revisar el estado de salud de nuestros cachorros, ya que hay enfermedades de la tiroides –y otras- que provocan un apetito voraz y que pueden estar provocando éstas travesuras.
Siempre hay que buscar las causas detrás, algo tan simple como esto nos puede lanzar señales de enfermedades en los perros. Pero si su salud es adecuada, será tiempo de pensar en si están pasando demasiado tiempo solos o no estamos brindándoles la cantidad de actividad necesaria para que estén tranquilos.
Mucha energía por falta de ejercicio físico o mental, puede llevarlos a buscar actividades en nuestra casa que a nosotros no nos parecerán nada simpáticas, pero que quizá estamos provocando por falta de atención.
Habiendo revisado estos puntos, si consideras que tu perro está bien alimentado, su rutina de ejercicio físico y mental es adecuada y obtiene atención y compañía suficiente, y aún así sigue tirando el bote de basura, es tiempo de acudir a un etólogo para buscar una solución adecuada.
Ejercicios de refuerzo positivo y recomendaciones de rutina, podrán ayudarte a olvidar estas travesuras de tu angelito favorito.
Busca ayuda profesional, un etólogo certificado regularmente estudió medicina veterinaria y posteriormente una maestría en etología. No confíes en personas que no posean el conocimiento científico y estudios que lo avalen.
En la Facultad de Medicina Veterinaria de la UNAM, puedes acercarte para encontrar el apoyo adecuado.