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Aunque los chinos tienen una fuerte presencia en el mundo entero y creemos que por la cantidad de restaurantes o “cafés de chinos” que podemos frecuentar ó por los productos que consumimos hechos en China, podemos tener una idea de lo que este inmenso país es, pues NO, estamos equivocados y vale muchísimo la pena visitar este inmenso país.
Una primera visita a este monstruo asiático nos puede “marear”, sorprender y maravillar, y es que, como en su cocina, la experiencia tiene todos los sabores en una sentada: amargo, salado, dulce y picante. China se percibe de tantas maneras, bajo su rojo y dorado existe una gama de tonos que la componen y la hacen fascinante.
Beijing, su capital es una metrópoli con las características y problemas que eso implica: demasiada gente, mucho, muchísimo tránsito y contaminación, algunos lectores que viven en la CDMX pueden sentirse ya identificados con esta descripción o considerar que, “para qué la vuelta” si lo que más odian es lo mencionado anteriormente. ¿Cuál es la diferencia desde la perspectiva de un turista? -Más allá de que en los letreros no se entienden nada-
-Seguridad: Aunque como en todos lados, hay que poner atención, en general la ciudad es muy segura y puedes andar en el metro con tu aspecto de turista, cámara y celular última generación sin miedo.
-El Metro: Ideal para trasladarse a los lugares turísticos con una cualidad que los chilangos apreciamos: no se para el tren, va de estación a estación sin detenerse y sin frenar de súbito.
-Serás una estrella: Al verte de aspecto occidental, serás solicitado para fotografiarte con niños, adultos y hasta personas de la tercera edad.
-La gente quiere platicar inglés: Los jóvenes se te acercarán tímidos preguntándote si hablas inglés y querrán practicar contigo (pocos saben dónde está México).
-Las calles están limpias: a diferencia del olor de cualquier China Town que hayas visitado, Beijing no huele mal, las calles están limpias además de ser una ciudad súper arbolada.
-Bicicletas y gente pedaleando por todos lados.
Beijing, tiene lugares imperdibles, como son La Ciudad Prohibida, sitio que fuera la morada de los emperadores antes de la llegada del comunismo.
Otro sitio imperdible es la Plaza Tian’anmen (el símbolo de la nueva China); en el mismo perímetro se encuentra el monumental (literal) Museo Nacional de China, el cual lleva a los visitantes a un recorrido fascinante por la historia de este país continente, en él, puedes ver entre otras cosas un caballo y un guerrero de terracota originales (el resto del ejército está Xi’an), pergaminos en seda, herramientas, esculturas y te cautivará el nivel de detalle que los chinos tenían desde épocas primarias.
Palacio de Verano: Este sitio es un recinto del refinamiento chino, jardines esplendorosos, las construcciones y las muestras de arte presentes en las construcciones originales, demuestran el nivel estético que poco conocemos de este país.
Lama Temple: Lugar que marca a sus visitantes: medio del caos de Beijing, este templo budista con olor a incienso, inmensas esculturas de los distintos Buda, los símbolos de la fortuna crean una atmósfera irreal al conjuntarse con la devoción y las reverencias de los visitantes. Esta experiencia también te generará una visión de los chinos que no necesariamente exportan.
Los Hutongs, son barrios anclados en el pasado, con construcciones que fueron edificadas durante las dinastías Yuang, Ming y Qing y tienen el encanto de la vida simple de sus moradores. Actualmente, muchos hutongs son barrios con restaurantes de moda, bares y tiendas donde puedes encontrar abanicos artesanales, moda china, y cualquier chuchería orgullosamente hecha en China.
Muralla China: obviamente tienes que tomar el tour que te lleve a la gran muralla y pisar una de las maravillas del mundo.
Casas de Té: también sugerida en tour porque la visita toma todo el sentido al entender la importancia del té en la cultura y para apreciar esta bebida que trascendió fronteras.
Comida: No dejes de comer el pato laqueado por nada del mundo, no se te ocurra pedir agua fría o refresco, acompaña tu alimento con agua tibia, así mueras de calor. Y hazte un favor y come en la calle, así no entiendas lo que pidas, no te arrepentirás.