La operación de un hombre había terminado, supuestamente, con éxito. Sin embargo, a las pocas semanas comenzó a tener complicaciones y sangrar de la garganta. Se había tragado su dentadura postiza durante la intervención.

El hombre de 72 años había sido intervenido para quitarle un bulto benigno del pecho. Pero durante la operación, los doctores olvidaron retirarle la dentadura postiza. Esto provocó que el adulto mayor se la tragara y quedara atorada en su garganta.

Lamentablemente, ni el adulto ni los doctores lo sospecharon. Por eso, cada que el paciente presentaba una nueva molestia, era sometido a un tratamiento que nada tenía que ver con su verdadera problemática.

Por ejemplo, la primera vez que regresó al hospital, comentó que no podía comer alimentos sólidos ya que le dolía la garganta. Los doctores solo le recetaron antibióticos.

A los pocos días regresó. No podía ni tragar las pastillas que le habían recetado. Los doctores creyeron entonces que había desarrollado una neumonía grave, por lo que fue hospitalizado de nuevo.

Fue entonces que un nuevo grupo de médicos revisó su caso. Descubrieron que había algo inusual en su laringe: era su dentadura postiza. Tuvo que ser operado de nuevo para podar retirarla. Sin embargo, el hombre pasó aún más días en dolor, por los estragos que la prótesis le causó en la garganta.